13ª etapa. Triacastela-Palas de Rey. Bitácora.

 21 agosto de 2.006   Triacastela-Palas del Rey (por Samos).

 

Como ya habíamos deducido ayer, los italianos nos han dado la noche. Nos levantamos hechos polvo, más cansados que antes de acostarnos. Cuando salimos de la tienda ya casi estamos solos. Hay mucha niebla y las tiendas están muy mojadas.

Nos vamos a desayunar al bar que hay enfrente y que está lleno de peregrinos. Desayunamos como marqueses, creo que es la primera vez que no nos preparamos el desayuno. Cuando regresamos ya ha salido el sol y la tienda está casi seca. La pasamos un trapo y la recojemos. Montamos las bicicletas y nos vamos rumbo a Palas donde ya tenemos reservada una habitación en Pensión Mayte. Limpia y barata, ya la conocíamos y siempre nos ha tratado muy bien aunque algún peregrino la ha hecho desconfiar. Recordamos que en el 2.004, el mismo día que nosotros nos quedamos allí a dormir, la habían robado toda la recaudación de un día. Pero no todos los peregrinos somos iguales.

Salimos de Triacastela y  cogemos el desvío de la izquierda por Samos para ver este impresionante monasterio ya que el otro camino, el de San Xil, ya lo habíamos hecho. Como vamos con bici es un buen momento para hacer más kilómetros. Llegamos a Samos sonando las campanas del monasterio, impresionante. Lo bordeamos y volvemos a encontrarnos con Anasta, que ha dejado a sus colegas en el ambulatorio mientras el va a comprar algunas cosillas para seguir en cuanto los otros terminen la consulta. Pasamos a sellar la credencial al monasterio y seguimos hacia Sarria, el horror de los «todo a 100».

Vista del Monasterio de Samos
Desde Sarria el Camino se convierte en una romería. Rosa lo pasa fatal con tanta gente a la que esquivar. Algún peregrino hasta se mosquea porque vamos en bici por el camino en vez de por la carretera y nos dice que «el camino es para los peregrinos». Tiene narices después de más de 600 kms subidos en nuestros bólidos a pedales, después del ascenso al O Cebreiro, del puerto de la Pedraja, de la tan lejana subida al Perdón, de los innumerables traspiés que nos hemos dado (sólo hay que vernos las piernas que tienen costras por todos los sitios), tener que aguantar estas tonterías. Pues no vamos por la carretera porque somos cicloperegrinos y no cicloturistas.

Rosa está agotada. No puede más. Le quito todo el peso de las mochilas pero no hay manera. Le falta fuerza en las piernas y en la cabeza. La mala noche  que hemos pasado  está cobrando factura. No sé como animarla.  Aún nos queda mucho para llegar a Palas. Hace mucho calor. Se toma las ampollas de glucosa de dos en dos, mueslis, chocolate, pero no puede. Paramos cada dos kilómetros y eso que la mayoría del tiempo va empujando la bici y llorando de impotencia. Ahora me entran mil dudas. Esto es demasiado para ella. Pero no puedo decaer yo, ahora mismo me necesita con todas mis fuerzas. Paramos, respiramos, hablamos y seguimos. Con mucho esfuerzo somos capaces de llegar a Sarria. Aún nos quedan otros 50 kms.

Seguimos pasando pueblos: Barbadelo, Rente, Brea, Ferreiros y, por fin, Portomarín. Paramos a comer un bocata de calamares con cervecita fresca y espero que con esto Rosa sea capaz de llegar a Palas. Hemos llamado a la pensión para decir que llegamos tarde. Mayte nos dice que no nos preocupemos, que ella nos espera hasta que lleguemos. Como ya conocíamos Portomarín no nos hemos levantado de la terracita donde estábamos comiendo para nada. Cuando terminamos nuestro breve descanso, volvemos a coger las bicis para emprender el último tramo de hoy. Miro a Rosa, me mira, sonríe, se sube a la bici, aprieta los dientes y pedalea como puede. Sigue muy cansada. Esto es una gran pájara y no la de Indurain.

Ray cruzando el Miño em Portomarín.

Salimos de Portomarín a las 15:00. El calor es insoportable. Rosa no puede más y en la primera cuesta, a la salida de Portomarín, me dice que no puede seguir. Y seguimos subiendo, esto no es precisamente lo mejor en este momento, pero es lo que hay. Pasamos los pueblos despacio pero sin verlos: Gonzar, Castromaior, Hospital de la Cruz, Ventas de Narón…. y seguimos subiendo hasta Ligonde. Ánimo, Rosa, sólo quedan 10 kms.

Llegamos a Palas de Rei a las 21:30 horas. Una paliza de cuidado. Dejamos las bicis en el garaje, nos subimos las tres plantas, nos damos una ducha y buscamos un chiringuito para cenar. Mañana llegaremos a Monte y eso nos anima mucho.
KILÓMETROS RECORRIDOS: 73,5 kms

Al día siguiente…