29 de abril de 2014. Prólogo
Una nueva peregrinación por este Camino que empezamos ya hace 5 años en la puerta de nuestras casas. Esta tarde cogemos el autobús en Collado Villalba con dirección a Medina de Rioseco. Queremos aprovechar este puente para llegar hasta León. La verdad es que nos encontramos bastante fuertes y, como siempre, con muchas ganas de reírnos y disfrutar del Camino. Hemos reservado una habitación en el Hostal Las Murallas porque a la hora a la que vamos a llegar va a ser muy tarde para molestar a las monjas del Albergue de las Clarisas que a esas horas estarán con las vísperas. Llegamos a la estación de Medina y con nuestro pequeño mapa hecho a mano llegamos enseguida y sin pérdida al Hostal. Dejamos las mochilas y nos vamos a dar una vuelta. Enseguida comienza a anochecer y descubrimos la belleza de este pueblo recorriendo sin prisas sus calles bien iluminadas. Nos hacemos fotos en casi todos los rincones, recorremos los soportales, la zona amurallada y un montón de pequeños y escondidos recovecos que nos dejan sin palabras.
Nos vamos a descansar que mañana queremos salir temprano.
30 de abril de 2014. Medina de Rioseco-Cuenca de Campos. 22 kms
Salimos del Hostal alrededor las 8, después de un buen desayuno en el hostal. Cogemos la carretera dirección a León. Enseguida nos encontramos con el Canal a la derecha y seguimos por una pista preciosa paralela al Canal durante un buen rato. El paseo no puede ser más bonito, el Canal, los árboles, las setas, la bruma… En la exclusa 7 seguimos de frente hacia Laguna de Tamariz. No sé si nos hemos liado en algún momento pero tardamos una eternidad en llegar a Tamariz, que en esta bonita primavera descubrimos de qué le viene el nombre ya que abundan los tamarindos en flor, pintándolo todo de color malva con esas sutiles florecillas durmiendo en las ramas. Cogemos la carretera a la izquierda dirección Moral de la Reina, a donde llegamos después de unos 3 km por una carretera.
Al salir de Moral de la Reina tomamos una pista y en un cruce nos despistamos. Hace un sol de justicia. Intentamos situarnos en el mapa pero no nos vemos porque hay demasiada luz. Nos tapamos con los pañuelos haciendo una especie de cabaña, pero nada.
Ya me lo va diciendo Ana que parece que estamos yendo mal, pero yo soy muy cabezota y tiro de frente, cada vez nos vamos alejando más y más. Sólo vemos un montón de tierras de cultivo sin cultivar, marrones, áridas, sin ninguna referencia.
Hacemos uso de las nuevas tecnologías y le mandamos a Ray nuestra posición para que nos diga por dónde tenemos que seguir. No tenemos nada que nos guíe porque no vemos ningún pueblo por ningún lado. ¡Vaya dos!.
Como decía mi hermana, Ray nos confirma que debemos seguir hacia la derecha por donde podamos tirar. Al poco encontramos una pista que nos llevará a Cuenca de Campos. Ya estoy más tranquila.
Llegamos al albergue a las 16:30. ¡8 horas para hacer 22 kms! No está mal.
El albergue de Cuenca está fenomenal. 6 euro. Estamos solas. La cocina tiene de todo. Nos duchamos y salimos a tomarnos una cervecita en «La Tata» que es uno de los mejores restaurantes de esta zona. Nos cobran 2,40 euros por las dos cañas. Escribo un poco en mi diario y nos volvemos al albergue tras comprobar que la tienda ya está cerrada. Menos mal que llevamos un poco de pasta. Bueno, lo cierto es que la mochila de mi hermana es como unos grandes almacenes. ¡Hay de todo allí adentro!
A las 21:3o llega al albergue un peregrino que viene desde Peñaflor. Viene hecho ciscos. Se llama Jose.
¡El Atlético de Madrid gana al Chelsea de Mouriño! ¡¡¡¡Ese es mi Atlético!!!!!!
Al día siguiente….