14ª Etapa. San Martín del Camino-Astorga. Bitácora.

6 de diciembre de 2015. San Martín del Camino-Astorga. 26 kms.

Salimos del albergue después del gran desayuno que nos ha preparado Beatriz: un zumo de naranja, un café con leche y unas tostadas de hogaza de pan con mantequilla y mermelada. La verdad es que 10 € por la cama y el desayuno no está mal. Ha sido una noche tranquila, las sábanas olían genial y eso ayuda a conciliar el sueño. David se acaba de levantar, saldrá un poco más tarde que nosotros pero seguro que le iremos viendo por el Camino. Le decimos que nosotros vamos a tomar la variante de Santibáñez de Valdeiglesias y él nos dice que va a seguir nuestra decisión.

Cuando salimos del albergue no hay nada de niebla pero hace frío.

Salimos enseguida al andadero de la carretera, por el lado derecho. Vemos dos jabalíes muertos en la cuneta. Ray se ha adelantado un poco y Ana Belén y yo vamos por detrás. Seguimos por este feo andadero hasta la entrada a Hospital de Órbigo. Hace un día buenísimo pero frío. ¡Qué maravilla el Puente! Cruzamos este «Paso Honroso» y el pueblo de Hospital por su calle Real. Hoy es festivo y no hay nada abierto, sólo los bares o restaurantes. Al final del pueblo encontramos el desvío, de frente, por el andadero paralelo a la carretera, a la derecha nos espera el bonito bosque por el que llegaremos a Santibáñez de Valdeiglesias.

Casi 3 kms después llegamos a Villares de Órbigo que tiene un albergue precioso, con un patio interior típico de estos pueblos de León. Después de tanto andadero ahora el Camino sí es bonito. Llegamos a Santibáñez, que es un pueblo muy chulo y paramos en el Hogar del jubilado a tomarnos unas cervezas y de tapa nos ponen unas patatas con pimentón picante que están para morirse de ricas. En la mesa que teníamos al lado juegan al dominó una pareja de jubilados, uno de ellos es ciego. ¡Qué curioso resulta verle jugar tocando mil veces las fichas con las yemas de los dedos!

Seguimos por este bonito Camino y a la salida del pueblo están haciendo una pista ancha de tierra rojiza apta para vehículos. Vemos un humilladero con una figura que es un peregrino vestido de azul, una cruz y una pequeña figura que parece una pequeña virgen.

Seguimos por este Camino rodeados de encinas, huele fenomenal, hace un sol que da gusto caminar, podemos incluso caminar en manga corta, quien lo diría en pleno diciembre. Salimos al crucero de Santo Toribio, donde el santo en cuestión se quitó las sandalias para sacudirlas y dijo aquella famosa frase: «de Astorga, ni el polvo». Echamos unas fotos y al rato vemos que viene David. Pretendemos sentarnos en las mesas a comer pero empieza a hacer mucho aire, frío y echarse la niebla que nos dejará sin sol. Así que decidimos seguir bajando hasta la entrada al pueblo de San Justo de la Vega y nos sentamos en un banco a tomarnos un bocata de chorizo y unos tragos de vino que nos calentarán un poco. ¡Qué frío hace!. 

Astorga está ya a tiro de piedra y el Albergue de las Siervas de María está nada más subir la primera cuesta. Cruzamos la fea pasarela verde que cruza las vías del tren y enseguida entramos en esta bonita ciudad. Nos recepciona en el albergue un danés que no sabe hablar nada de español. Como podemos nos hacemos entender, rellena la ficha, nos cobra 5€ por persona y nos manda a una habitación de cuatro plazas, la habitación Puente la Reina. El albergue es bastante grande y tiene un montón de habitaciones con diferentes capacidades. Nos dice que puede que entre otro peregrino. David ha llegado hace un ratillo, aún no se ha duchado. Nos enseña las instalaciones y nos duchamos para salir a dar un paseo.

La Catedral y el Palacio Episcopal están iluminados. Bajo la niebla salen unas fotos alucinantes.

Entramos en un bar que está muy calentito y nos pedimos unas «estrellitas» con una tapa de empanada y tortilla. Tienen menú del peregrino para cenar a 9€, está bastante bien, dos primeros y dos segundos: sopa de cocido y paella, pollo asado y albóndigas. Reservamos mesa para las 8:30h.

Al salir nos encontramos con David que anda buscando un sitio para cenar y le decimos que se venga con nosotros. Así que se acerca al restaurante y amplía la reserva. Después de mil vueltas por todo Astorga encontramos una tienda de chuches donde conseguimos comprar un litro de leche y unos bollos para desayunar mañana.

Cuando regresamos al albergue para dejar los trastos, nos encontramos con Andrea, un italiano de 25 años que ocupará la litera que nos sobraba. Nos vamos a cenar. Tenemos que darnos prisa porque el albergue echa el cierre a las 22:00h. Cenamos los cuatro fenomenal y bastante tranquilos y muy bien atendidos por las camareras. Es un sitio recomendable. Creo que se llama «La Paloma».

Llegamos de vuelta a las 21:45h. Andrea está en la habitación y hablamos un rato con él. Viene andando desde Venecia. El es de un pueblo muy cerca de Venecia. Viene por el Camino del Norte y en Vitoria ha cogido el Vasco del Interior hasta  Santo Domingo de la Calzada y desde ahí ya viene por el Francés. Un peregrino más que hemos conocido con su historia detrás. Es un chaval de 25 años enamorado de Camboya a donde quiere volver cuando tenga dinero ahorrado para ello. Cuando llegue a Santiago irá por el Camino Portugués, en dirección contraria hasta Lisboa y allí cogerá un barco hasta las Islas Canarias, donde va a trabajar en una pizzería de un amigo.

Salimos a una mesa que hay en el pasillo a terminar de escribir en nuestras agendas y, más tarde de lo que debiéramos, nos vamos a la cama.

Ha sido una etapa bastante cómodo y mucho menos dura de como yo la recordaba.

Al día siguiente…

FOTOGRAFÍAS DE LA ETAPA: