Día 02/05/2013. La Robla-Poladura de la Tercia. 25 kms
Hoy tampoco tenemos prisa así que no madrugamos. Sólo quedamos en el albergue nosotros, Segisfredo y Juan. Salimos de La Robla por la calle principal al lado del río Bernesga hasta el acueducto, luego el Puente del Alba, paralelos a la carretera. Tomamos la carretera hasta Peredilla. Seguimos por un camino a la izquierda hasta El Buen Suceso y paramos a tomarnos, como ya nos aconsejó Ender, un pincho de tortilla. Yo no soy capaz de terminarlo ¡qué rico¡¡ Seguimos por la carretera y a la izquierda sale un camino que nos lleva a Nocedo de Gordón. A la entrada tomamos una pista a la derecha hasta Pola de Gordón. Entramos en el pueblo porque queremos hacer algo de compra. Sellamos en el ayuntamiento y llenamos la bota de vino, que ya estaba tiritando. A la salida, el Camino va a la izquierda hasta el polígono industrial de Valdelupín y seguimos hasta Beberino. Cruzamos el puente de San Pedro y se coge la carretera a la derecha hasta Buiza. Al entrar en Buiza, a la derecha está el albergue. Ahora está cerrado pero paramos a tomarnos un bocata con la tortilla que nos sobró de El Buen Suceso.
Seguimos por el Camino de los Arrieros y subimos tranquilamente las Forcadas de San Antón. Seguimos por la senda y subimos al valle de Tercia. Tenemos que poner bien los pies para evitar caer. El barranco es alucinante y el paisaje, una pasada. Llegamos arriba y hacemos un montón de fotos.
Continuamos por media ladera hasta Poladura de Tercia y enseguida damos con el albergue. Hace mucho frío. En el albergue ya hay algunos peregrinos. Hace frío. Es un albergue austero pero hay que dar gracias a los vecinos que lo mantienen abierto para nosotros. Preparamos unos bocatas de atún y pimiento, no nos apetece ponernos a preparar comida. Esperamos un poco para ducharnos. Al rato aparece Ender y nos vamos todos a tomar una cerveza a «El Embrujo». Paco se queda a cenar allí y nosotros nos vamos a cenar con Ender, su mujer y una amiga a Villamanín. Nos despedimos de Ender que tiene prisa y su mujer, María Jesús, y su amiga, Marybel, nos acercan al albergue de nuevo. Cenamos de lujo y barato, pero no recuerdo el nombre del restaurante, estaba en la carretera.
Nos acostamos en una habitación los dos. Hace frío, mucho frío. Sólo hay dos radiadores pero si los ponemos los dos, saltan los plomos. No nos ponemos de acuerdo para poner sólo un radiador así que nos quedamos sin calefacción enseguida. ¡¡¡¡¡Mira que somos cabezotas¡¡¡¡¡