31 de Diciembre de 2.007: Caldas des Reis-Padrón (19 kms)
Salimos de la fonda de Caldas a las 8:45 y dejamos una nota en el tendedero a Nicolás con nuestro número de teléfono por si acaso tiene algún problema por el Camino. Ya hemos quedado para tomar las uvas en el albergue de Padrón y suponemos que Raúl y Andrea van a hacer lo mismo. Desayunamos en un bar que hay enfrente de la fonda. Hace un poco de frío.
Llenamos las cantimploras en la fuente que hay nada más pasar el puente romano. Bebemos un poco de este agua que está buenísima y seguimos andando y vamos dejando marcas en el suelo con nuestros bastones por si acaso viene Nicolás por detrás para que se vaya animando ya que no es lo mismo ir solo que en compañía.
Aurora y Ray a la salida de Caldas de Rey en el Puente del rio Bernesga.
Empieza a hacer un día precioso y muy buena mañana. Unas corredorias como vergeles nos acompañan en esta etapa. Aurora se ha levantado muy descansada y va muy contenta. Inventando canciones: «Somos peregrinos (con la música de «los conguitos») y vamos así de bien, cubiertos todos de agua, de la cabeza a los pies».
Seguimos andando hasta Carracedo y vemos la iglesia de Santa Mariña de Carracedo con una torre campanario barroca y un cruceiro en la puerta.
Iniciamos el descenso por el monte Albor a través de una senda que va haciendo media ladera, en una carballeda con el sonido del río Valga a la derecha. Es un tramo precioso y termina en un puente de madera sobre el río, donde paramos a curar una grieta que le ha salido a Aurora en un pie. Echamos unas fotos y seguimos hasta San Miguel de Valga.
Puente del rio Valga Paramos a comer en un pequeño parque, al lado de un colegio, antes de entrar en Padrón y mientras comemos nos llama Nicolás que ya está en el albergue, se va a ir a tomar algo y luego nos esperará.
Cuando terminamos de comer nos dirigimos al final de nuestra etapa, viendo los lugares por los que pasó la barca que traía los restos del Apóstol Santiago. Nos encontramos a un peregrino con muchos caminos a su mochila, se llama Pepe, otro adicto al Camino que nos dice que ya ha oído hablar de nosotros y también nos dice que Raúl y Andrea vienen detrás , muy tranquilos, sin prisas y que se van a quedar a dormir en Padrón, por lo tanto ya somos cinco para pasar la Nochevieja juntos.
Vemos la Iglesia de Santiago, luego pasaremos a visitarla, y nos despedimos de Pepe porque él quiere llegar a Teo. Seguimos hasta el albergue. Dentro hace un frío de espanto, no hay calefacción y quiero recordaos que hoy es 31 de Diciembre, invierno. Llamamos a la hospitalera para decirla que vamos a estar cinco peregrinos esta noche y nos dice que cojamos literas y nos vayamos duchando que ya se pasará un poco más tarde, cuando estemos todos. ¡Qué frío!. Subimos a la habitación, abrimos todas las ventanas para que entre un poco de calor de la calle y bajamos a ducharnos. Menos mal que las duchas tienen el agua muy calentita. Al rato llega Nicolás y aparece un Checo que no habla nada de español, sólo repite el final de todo lo que nosotros decimos. Aparecen Raúl y Andrea y mientras nosotros y Nicolás nos vamos a comprar algo para la cena y a tomarnos una cervecita que nos la hemos ganado.
Primero pasamos a ver la Iglesia de Santiago y el Pedrón en el que ataron la barca en la que venían los restos del Apóstol, Nos ha enseñado la iglesia un misionero al que le contagiaron la lepra. Después de comprar, de tomarnos la cerveza y de escuchar misa nos vamos al albergue a preparar la cena.
Altar de la Iglesia de Santiago en Padrón, con el «pedrón».
Allí están Raúl, Andrea y el checo, que se llama René y viene desde su país recorriendo toda la costa de Europa, andando desde el Norte y seguirá por Portugal, Andalucía, Italia,… Lleva nueve meses andando y no tiene ninguna prisa. ¿Qué cómo nos hemos enterado de todo esto? Es que sabemos checo. ¡Que no! El checo sólo lo hablan los checos y tres más y nosotros no somos ninguno de esos tres. Es increíble y no puedo describir cómo fue pero cinco españoles, hablando español, una portuguesa hablando portugués y algo de inglés y un checo que hablaba algo, nos pudimos entender y tener una de las cenas de Nochevieja más inolvidables de nuestras vidas. Ya podían hacer los políticos lo mismo: intentar comprenderse y compartir lo poco o mucho que cada uno tiene con los demás. Es mucho más gratificante que ganar unas elecciones o ganar una guerra, sólo hay que probarlo.
Preparamos una cena estupenda con una ensalada que prepara Raúl, embutido, unas latas y unos filetes de ternera de lo más tierno que he visto en mi vida. A las 23:00 nosotros queremos ir a dormir porque mañana nos espera un día largo y no queremos que Aurora se acueste muy tarde, así que Raúl nos da las campanadas con una botella y un cuchillo, al ritmo que nosotros le vamos pidiendo. No nos atragantamos con ninguna uva y somos capaces de tomárnoslas todas. Nos despedimos de todos deseándoles Feliz Año Nuevo y subimos a las literas. Sigue haciendo mucho frío. Ponemos unas mantas encima de los colchones, luego los sacos, y encima otras mantas y así somos capaces de entrar en calor. Antes de acostarnos hablamos con Sara para desearle Feliz Año y nos cuenta que ha estado todo el día vomitando porque ayer algo de lo que comió le sentó mal. Pero poco a poco se ha ido recuperando aunque ha cenado flojito.
La última Cena- René,Raúl, Andrea.Aurora,Rosa, Ray y Nicolás.
Como todos los días, de Aurora no podemos decir nada que no sea alabanzas de esta pequeñaja que nos sigue al ritmo al que vayamos, que siempre está alegre, dando muestras de cariño y afecto a todo el mundo y que encandila al que la conoce.
Al día siguiente…