10 de agosto de 2006. Pamplona-Estella
Salimos de Pamplona antes de la 9:00 horas, hace un buen día soleado. Tras 5 km y atravesar el pequeño pueblo de Cizur Menor, comienza la temible subida a El Perdón. Desde luego que está a la altura de su fama. Comienza con una suave y continua subida para terminar los últimos dos kilómetros en unas trialeras impresionantes, estrechas y llenas de piedras sueltas y en las que no quedan más narices que bajarse de la bici. Aunque el alto parece cercano y da la impresión que ya se va a llegar arriba, no es cierto,… nunca se llega. Los molinos del parque eólico son enormes y engañan mucho.
Al final, por fin se corona. He estado un rato esperando a Rosa y la veo llegar acompañada por un peregrino que va andando y la ayuda a subir la bici. Va molida y en su cara se marca el cansancio de la dura subida. Realmente ha sido muy duro para ella pero está orgullosa de encontrarse al final con todos los demás peregrinos que han subido a su misma velocidad, ¡a pesar de ir a pie!. Verdaderamente hay un gran sentimiento de solidaridad entre todos los peregrinos.
En el alto hay una escultura de peregrinos en metal con una inscripción que dice «Alto de El Perdón, donde se junta el Camino del Viento con el Camino de las Estrellas».
Vista de Pamplona desde la subida a El Perdón
Después de esta subida aún queda la bajada a Uterga, más dura si cabe. Nos encontramos ante una trialera con una pendiente impresionante y llena de enormes piedras sueltas. Con alforjas es imposible hacerla sentado. Cabe la opción de desviarse por una carretera que hay en el alto, pero ya sabéis, no es lo mismo. Nos habíamos propuesto hacer el camino completo por donde se hace andando y en eso estábamos.
Después, en Muruzabal nos desviamos para coger el camino Aragonés y llegar a Santa María de Eunate. Merece la pena desviarse y hacer esos 5 kms de más. De lo más bello del Camino. Una Iglesia perdida en la nada, románica, octogonal, templaria y mistérica; además tuvimos la suerte de escuchar a una peregrina que en el interior de la iglesia cantaba a la Virgen, y os diremos que la experiencia es sobrecogedora.
Luego, por fin, Puente la Reina. Visita obligada de la Iglesia del Crucifijo (restaurado por tí, papá). El Cristo está crucificado sobre una cruz en forma de pata de oca. Los iniciados ya sabéis la representación mistérica que tiene la pata de oca para los Militi Templi.
Y por fin el impresionante puente que da nombre al pueblo y que tiene la particularidad de ser la confluencia de todos los Caminos de Europa. A partir de aquí se hacen solo uno.
Comimos al lado del río, debajo del puente, en un césped maravilloso que nos sirvió para reponer fuerzas.
El Camino sigue. Queremos llegar a Estella y sólo recuerdo calor, mucho calor y pueblos como Mañeru, Cirauqui, Lorca o Villatuerta. De todos ellos me gustaría destacar Cirauqui: su subida al casco urbano y su bajada por la calzada y el puente romano.
Por fin entramos en Estella. Dormimos en su camping, en la tienda de campaña (si queréis saber más acerca de este modelo que sólo pesa y 1,6 kg (podéis mirarla en el apartado CONSEJOS de la web) y allí nos encontramos con nuestro amigo Fifo. Hacía una muy buena tarde e incluso pudimos darnos un bañito en la piscina. La noche fue bastante mala, con mucho ruido ya que la gente no respeta el toque de silencio. Mañana será otro día .
KILÓMETROS RECORRIDOS: 53 kms.
DESNIVEL ACUMULADO: 420 metros.
Al día siguiente…