6ª etapa. Villafranca del Bierzo-O Cebreiro. Bitácora

20 de agosto de 2.004: Villafranca del Bierzo- O Cebreiro. 29 kms.

Son las 6:45 de la mañana. El ruido metálico de los palos golpeando la calle empedrada donde está la Colegiata nos despierta algo desorientados. Un ruido que se nos quedará grabado. No sabemos a qué responde este ruido hasta que no nos asomamos a la ventana y vemos a un sinfín de peregrinos que, antes de amanecer, empiezan su jornada. Ya que nos hemos despertado pronto, vamos a aprovechar el día para salir antes. Son las 7:30 de la mañana cuando, después de desayunar en la habitación, salimos con toda la ilusión de coronar hoy el Cebreiro.

 

Comenzamos a andar cuando aún no ha amanecido por la calle del Agua. El Camino va por un andadero pintado de amarillo a la izquierda de la N-VI y separado de ésta por unos bloques de hormigón. Casi 6 kms para llegar al primer pueblo, Pereje, aquí estuvimos el mes pasado con nuestras hijas, enseñándoles algunos de los lugares por lo que ahora estamos pasando. Después Trabadelo, donde paramos a comer con Sara y urora bajo la sombra de estos impresionantes castaños. Llegamos a A Portela y, por fin, dejamos el andadero amarillo.

Cruzamos los bellos pueblos de Ambasmestas, Vega de Valcarce (donde nos compramos dos raciones de empanada), Ruitelán y Herrerías. Como nos dijo Joaquín: «En Herrerías comienza el Infierno». A partir de aquí un desvío por un camino con unas rampas «pedriceras» (nosotros vivimos a los pies de La Pedriza, en la sierra de Madrid y estas subidas son similares). Las fuerzas nacen de las ganas de finalizar esta durísima etapa y llegar a la Iglesia de Santa María con el Santo Grial.

En A Faba metemos la cabeza en una fuente pues estamos agotados y continuamos la marcha por el Camino. Al principio por corredoira hasta que cogemos altura y comienza a despejarse la vegetación. Las rampas siguen siendo durísimas pero el paisaje desde las alturas es impresionante, hermosísimos valles verdes. Y por fin llegamos a A Lagua do Castela, el último pueblo antes de O Cebreiro y a sólo 3 kms del final de nuestra jornada. Empieza a llover y un viento muy fuerte nos da de lado. Estos últimos kms van a ser muy duros. Apretamos el paso, queremos llegar pronto para intentar encontrar sitio. Hay demasiados peregrinos subiendo.

Poco antes de llegar vemos un mojón de piedra que nos indica que ya estamos en Galicia, así como indicaciones cada 500 m. (a partir del 153) del recorrido que nos falta para llegar a la Plaza del Obradoiro.

 

Y por fin O Cebreiro aparece entre la intensa lluvia, que interrumpidamente nos ha acompañado durante todo el día para hacer mucho más dura esta etapa que ya de por sí es la más dura del Camino. Han sido 30 kms de subida, los últimos 10 de fuerte subida y un desnivel de 800 m. pero O Cebreiro, la puerta de Galicia, compensa.

Como no hemos parado ni para comer, llegamos en 6 horas y cuarto..El albergue está lleno. Han montado cuatro carpas militares, pero ¡sin suelo!. ¿Pretenderán que levitemos como Harry Potter?. Mal planteamiento. Pero los peregrinos no tienen fuerzas ni para quejarse. Indignados, de nuevo buscamos un sitio donde poder dormir. Conseguimos una habitación doble en una pensión pero a precio de hotel 4 estrellas. Desde la ventana vemos cómo los peregrinos llegan cansados, empapados, pero contento. ¿Qué tendrá O Cebreiro? Preguntan por algún sitio para dormir pero la nuestra es la última habitación que queda libre. La solución que les dan es bajarlos en taxi hasta Piedrafita y subirlos mañana de nuevo a Ocebreiro. ¡Qué suerte hemos tenido!

 

Dejamos las mochilas, lavamos la ropa, nos duchamos y nos vamos a comer a la Hospedería que está al lado de la Iglesia. Un buen Caldo Gallego que nos quita todas las penas. Como está lloviendo, decidimos irnos a la habitación y echarnos un rato la siesta. Salimos poco después de las 19:00 h. Nos compramos unas capas largas porque las que llevamos son muy cortas y nos hemos empapado.

Escuchamos la Misa del Peregrino a las 20:00 h en la Iglesia de Santa María. La Bendición del Peregrino es leída por peregrinos de distintas nacionalidades en sus lenguas maternas y el resultado es de una belleza que no puedo explicar con palabras. Estas sensaciones hay que vivirlas. Todos con las sandalias, el cansancio, cojeando, pero de buen humor. Como dice mucho Rosa «sarna con gusto, no pica».

Ya va quedando menos. Santiago está a tan sólo 150 kms.

Cenamos y nos vamos a dormir. Nos sentamos al lado de la ventana para seguir viendo peregrinos llegar. Ya es de noche. A las 11:00 de la noche siguen llegando peregrinos en bicicleta, exhaustos, empapados, con la cara desencajada. ¡Qué duro resulta subir a OCebreiro cargando con la bici!.El caso es que esto de hacer el Camino en bici me está empezando a gustar. Lo difícil será convencer a Rosa para que haga el Camino conmigo. Primero tendrá que aprender a montar en bici y eso le va a llevar tiempo. Llegan arriba y no hay sitio para nadie. Tendrán que seguir con las bicis hasta Dios sabe dónde. Es noche cerrada y van en pequeños grupos porque no todos llevan luces.

Buen Camino.

Al día siguiente…