14 de agosto de 2006. Villafranca Montes de Oca-Burgos
Salimos de Villafranca a las 10:00h, como siempre, sin prisas, que, como dice Sabina, las prisas no son buenas. Es una etapa bastante cortita pero queremos pasar la tarde en Burgos ya que es una ciudad que apenas conocemos. Hace un montón de años que vimos la Catedral, cada uno por su lado, quiero decir que aún no estábamos casados y acabamos de cumplir nuestro 20º aniversario (el día 4 de agosto, ¿ves como me acuerdo, Rosa?).
Hay que salir con ganas y con fuerzas. Nada más salir nos espera una dura cuesta a la izquierda de la iglesia. Un silencioso bosque de robles nos sumerge en un mundo algo irreal. La dura subida a La Pedraja es dura de narices. Rosa no puede más. Creo que lleva la bici al lado desde que salimos de Villafranca. Dejo mi bici en lo alto y bajo corriendo a echarla una mano con la suya. Conseguimos llegar a arriba. Descansamos un ratito. La bajada a San Juan de Ortega es un descanso para las piernas y para el culo.
En San Juan nos volvemos a encontrar con Matías y Ana. Más o menos vamos al mismo ritmo, pero ellos creo que no van a hacer todo el Camino.
La iglesia es muy bonita. Isabel la Católica peregrinó al lugar, atraída por las propiedades milagrosas contra la esterilidad que se le atribuían al santo. Agradecida por los favores la mandó ampliar.
Seguimos atravesando pequeños pueblos como Agés, que tiene un puente de un solo ojo sobre el río Vena que se cree que se debe a San Juan de Ortega, otro ingeniero del Camino. Llegamos a Atapuerca. A la salida del pueblo tomamos una pista que asciende bastante fuerte hasta un polígono de tiro, que rodeamos paralelos a la alambrada. Salimos al final a un collado desde donde se divisan ya las torres de la Catedral de Burgos. En la subida nos hemos encontrado con la pareja de Oyarzum que nos han hecho unas fotos.
Al final del descensonos espera Vilalalbal. A partir de aquí seguiremos por asfalto hasta Burgos. El siguiente pueblo es Cardeñuela-Riopico y luego Orbaneja y Castañares. Y Burgos. De nuevo una urbe que rompe la tranquilidad del Camino. Pero Burgos es una ciudad preciosa con una zona peatonal muy amplia y, por supuesto, su Catedral.
El albergue está lleno así quenos vamos a buscar una pensión. Encontramos una muy céntrica, al lado de la Catedral y de El Corte Inglés. Nos han cobrado 36 euros por una doble sin baño. La casa está que se cae. El suelo de la habitación, que es de madera, tiene unos agujeros por los que se ve la planta de abajo. Huele a rancio pero la habitación está limpia y el baño, a pesar de ser más que viejo, también huele a limpio. Es una pasada que por esto nos cobren 36 euros. ¡Y luego hay gente que se queja de los albergues!.
Empieza la estepa castellana que a muchos peregrinos les echa para atrás.
Al día siguiente…