Día 6 de Junio de 2016. Cicera-Potes.
El Cuaderno de Bitácora
Nos levantaos a las 07:00 de la mañana, para empezar a andar a las 08:00 horas después de desayunar; queremos hacer la etapa por el Collado de Arceón pues es bastante mas bonito por la Canal de Francos; sobre todo las vistas desde arriba; por lo que esperamos que esté despejado. Además también queremos ir por Cabañes, pues merece la pena paisajísticamente hablando.
Nada mas salir empiezan las rampas de la subida. Debemos subir 500 metros de desnivel en 3 kilómetros, para alcanzar el Collado de arceón, punto mas alto del Camino Lebaniego (998 m). La subida es por una pista ancha de tierra en un bosque impresionante. Al empezar a despejar los árboles sabemos que ya falta poco para llegar al collado. Hay que desviarse ala derecha de la pista principal por la que vamos para coronar el collado. Hemos tenido suerte, aunque hay nubes, están muy altas y no nos quitan las impresionantes vistas del Collado.
Paramos en él a disfrutar de las impresionantes vistas del Desfiladero de La Hermida y de todo el macizo oriental de Picos de Europa (Ándara) en frente nuestro, incluso podemos distinguir al otro lado del Desfiladero las poblaciones de Allende y Cabañes hacia donde tendremos que dirigir nuestros pasos después de la bajada al desfiladero.
Después de hacer las oportunas fotos iniciamos la larguísima bajada al desfiladero. A mitad de la bajada nos unimos a la pista que por la derecha, viene de la Canal de Francos, y continuamos bajando. La bajada es por un bosque autóctono impresionante; con la referencia siempre del Cueto Valle a éste lado del desfiladero y ándara al otro lado.
Pronto llegamos a los invernales de Lebeña, cabañas aisladas a las que se baja el ganado en los meses de invierno, poco después llegamos abajo del desfiladero donde aparece ante nosotros el pueblo de Lebeña. Es un pueblo típico cántabro de montaña, a los pies del macizo de Picos muy bonito.
Desde éste punto y sin para nos dirigimos a la parte baja del pueblo, donde se encuentra la joya arquitectónica del Camino, Santa María de Lebeña iglesia prerrománica de estilo mozárabe, del siglo X (año 925). Buen lugar para sentir, respirar, pensar, comer algo, beber vino, hacerse unas fotos y hacernos amigos de un perro que a cambio de cariño espera alguna de nuestras sobras.
Tras el descanso, reanudamos las marcha, son ya las 12:00 horas cuando cruzamos la carretera del desfiladero y el río Deva y nos internamos en el macizo oriental ascendiendo primero al pueblo de Allende. Otro pueblo muy bonito pro con unas cuestas endiabladas, pues se encuentra en la ladera de Cueto Agüero; primera de las montañas que conforman Ándara. Subimos a la parte más alta del pueblo para, tras equivocarnos una vez, encontrar el camino que desciende a la Canal del Rubejo (afluente del Deva y que se une a él en el desfiladero). La canal es uno de los tramos mas bonitos de todos los Caminos de Santiago que hemos hecho. Aunque vamos por sombra, son ya las 12:40 h cuando llegamos a ella y hace calor. Así que decidimos hace otra paradita y darnos un buen baño en una des sus innumerables y bonitas pozas; el agua corre en abundancia, y aunque está fría lo soportamos; hace mucho calor.
Una ves refrescados y vestidos continuamos nuestro camino, ahora saliendo ya de la canal para enlazar las últimas zetas en dura rampa que nos llevan al pueblo de Cabañes. Son las 14:00 horas cuando llegamos a Cabañes, pueblo que se encuentra próximo a Bejes y a 550 metros de altura (habíamos descendido a 200 metros en el Desfiladero de La Hermida).
A la entrada se encuentra el albergue privado El Hayal, donde hay una excursión de niños. No somos muy bien recibidos por el hospitalero, que no nos vende ni una coca-cola, por lo que decidimos seguir para buscar un sitio para comer; lo encontramos a la salida del pueblo, al pie del nuevo albergue municipal, en un banco bajo la sombre de un enorme árbol. Comemos allí, José Ramón nos prepara tacos de jamón de pavo a la plancha con el camping gas. Descansito…y iniciamos el camino hacia Pendés. Pero antes deberemos pasar el Castañar de Habario, un castañar milenario que destaca por su belleza. Los castaños son impresionantes y enfrente queda siempre las vistas de la mole caliza de Peña Ventosa, al otro lado del Desfiladero.
Iniciamos el descenso al próximo pueblo de Pendés, que aparece ante nuestros ojos nada mas que comenzamos a bajar. Después iniciamos la trepidante bajada otra vez al río Deva, justo donde éste, se abre al valle de Potes, fuera ya del desfiladero de La Hermida.
Tras la bajada, al llegar a la ermita de San Francisco, plagada de murciélagos, iniciamos un largo camino junto a la margen derecha del río Deva con un calor insoportable, son ya las 4 de la tarde y ha salido un sol de justicia. Pronto cruzaremos los pueblos de Tama. Aliezo y Ojedo; son pelos de servicios que se encuentran al otro lado de la carretera, por lo que no es necesario cruzarlos.
Por fin a las 17:30 horas llegamos a Potes, final de nuestra etapa de hoy. Nos dirigimos primero a por las llaves del albergue a la oficina de Turismo y desde allí al albergue que se encuentra justo debajo de la plaza del pueblo.
Duchita, descanso y a salir a dar una vuelta y cenar. Para cenar elegimos un sitio increíble, en la misma plaza del pueblo al lado del albergue, un cocido lebaniego exquisito y del que nos costó dar buena cuenta de él. Después tuvimos que dar un pequeño paseo para bajarlo y a dormir en el albergue; en el que estábamos solos por lo que cada uno pudimos dormir en una habitación sin molestarnos nuestros trepidantes ronquidos.
Al día siguiente…