08-08-2014. kms
Salimos del gran albergue de Cicera a las 8:15 horas dispuesto a comenzar la subida del Collado de Arceón, sabemos que nos espera una dura etapa.
El día desde Cicera amanece nublado, primero con nubes altas, luego a mitad de la subida niebla y al final arriba despejado (pero solo por momentos)
Al principio hay alguna rampa de hormigón, pero luego el Camino se interna en un precioso bosque con pista de tierra.
La subida no es excesivamente dura en ningún momento, pero hay que superar un desnivel de 500 metros en 3,5 kilómetros hasta llegar a los 1000 metros de altitud del Collado de Arceón.
Vamos ganando altura poco a poco, pronto aparecen unos invernales de Cicera.
Las flechas rojas en este precioso bosque son siempre nuestra referencia.
A mitad de la subida aproximadamente empezamos a cruzar las nubes y la niebla se nos echa encima poco a poco.
Las nubes poco a poco se disipan y Cicera aparece muy abajo ya ante nuestros ojos
Por fin el bosque se despeja y va apareciendo el cielo azul, nos aproximamos al Collado de Arceón.
Al llegar al Collado nos desviamos de la pista principal por un senderito a la derecha, este desvío esta perfectamente indicado:
Sin haber localizado todavía la bajada decidimos pararnos a descansar y de repente surgiendo del interior del Desfiladero aparece la niebla que en pocos segundos cubre todo el collado:
Un poco de agobio, hasta que comprobamos con el GPS que nos hemos ido en el collado un poco hacia la izquierda, pues el Camino no est á muy delimitado en este tramo, y con niebla menos. Pronto localizamos la bajada junto a unas torres de luz y un poste de teléfono:
Comienza la bajada a Lebeña en el interior del desfiladero de La Hermida, es impresionante, sobre todo la primera parte, un bosque de una belleza extraordinaria (de los mas bonitos que hemos visto), tenemos que bajar 750 metros de desnivel en unos 5 kilómetros, además cada vez que abre la frondosa vegetación las vistas del desfiladero son impresionantes.
Al principio es una senda estrecha:
Luego se une a otra mas ancha:
Mientras, poco a poco vamos perdiendo altura, pero las vistas entre los árboles siguen siendo impresionantes:
Poco a poco, en el último tramo de la bajada van desapareciendo los árboles, aparece antes nosotros el majestuoso Cuetu Valle, el pico característico de Lebeña, a este lado del Desfiladero:
Por fin llegamos a los invernales de Lebeña donde las indicaciones oficiales marcan hacia un lado y las flechas rojas hacia otro, nosotros optamos por las flechas rojas siempre que hubo discrepancias.
Por fin aparece Lebeña ante nuestros ojos, al fondo al otro lado del desfiladero, ya en Ándara el pueblo de Allende y la Canal de Rubejo, donde dirigiremos nuestros pasos.
En poco tiempo ya entramos en Lebeña.
Desde aquí, como no puede ser de otra manera nos trasladamos a ver la impresionante iglesia mozárabe prerrománica del siglo X, Santa María de Lebeña, joya de nuestro patrimonio de obligada visita, muy amena la explicación de la iglesia por parte de la mujer encargada de ésto. No os la perdáis, os perderéis la mejor iglesia de todo el Camino Lebaniego, y las más antigua.
Sello, tentempié y charla con la mujer, buen sitio este para sellar si sois como nosotros que en los bares bebemos cerveza pero no sellamos.
Desde aquí, aunque mas larga, elegimos la opción oficial que nos conduce a internarnos en el Macizo oriental de Picos de Europa y ascender primero a Allende (en frente de Lebeña) y posteriormente por la canal del río Rubejo al pueblo de Cabañes. Elegimos esta opción porque nos da la oportunidad de adentrarnos en Picos, pero no solo en su parque nacional, sino en uno de sus tres macizos (Ándara), no tendréis otra oportunidad y merece la pena, en el resto del Camino Lebaniego y Vadiniense, si bien estaréis dentro del Parque Nacional, solo bordeareis los macizos, excepción hecha de algún loco que me viene ahora a la mente que empalmó en Espinama tras hacer la Ruta de la Reconquista por todo el interior de los macizos de Cornión y Urrieles. Cabañes queda ya muy cerca de Bejes y Tresviso, con impresionantes excursiones.
Cruzamos la carretera al salir de Allende y tras andar 50 metros por ella comienza una pista que nos lleva a Allende.
Desde este precioso pueblo que hay que cruzar, giramos a la izquierda para internarnos ya en la canal del río Rubejo.
Ésta Canal es de una belleza extraordinaria, con paredes altísimas y muy estrecha, el Camino circula casi siempre pegado al río, con pozas que invitan al baño, la señalización es escasa pero suficiente.
Se sale de la Canal por unas rampas a su derecha que nos llevan ya en 1 km aproximadamente a Cabañes, con su albergue.
Antes de empezar el Camino sopesamos la opción de dormir en Cabañes, pero al haber ido hasta Cicera en la primera etapa decidimos que llegaríamos a Potes directamente.
A Pendés se llega por el bonito castañar milenario de Habario y de ahí sin pérdida a Castro Cillórigo.
Desde ahí pasamos por la abandonada ermita de San Francisco llena de murciélagos en su interior.
A partir de éste momento y hasta Potes empieza a hacer un calor infernal el día esta despejado, pero poco a poco irá amenazando tormenta. Discurrimos por un camino asfaltado con el río Deva a nuestra izquierda.
Luego la señalización oficial manda irse a la carretera a la altura de Tama, pero nosotros volvemos a hacer caso a las flechas rojas que no nos han fallado.
Y de ahí ya sin pérdida a Potes, la entrada al pueblo es por la parte de atrás. Llegamos al albergue que esta debajo de la plaza del pueblo, hay un campamento de chavales, pero por suerte hay plazas, nada mas coger nuestra habitación: comienza una tormenta de las que hacen historia, que suerte hemos tenido, por las ventanas podemos ver como la gente se tiene que levantar de las terrazas corriendo y dejar los entrecots flotando en los platos, impresionante, como puede caer tanto en tampoco tiempo; incluso el bar que esta a la derecha de la torre se inundó y todos sus clientes tuvieron que subir a la primera planta.
Por la tarde paseito y cena en algún restaurante de por encima de los soportales, porque en el albergue no se puede cocinar (hay cocina sin fuego) y esta prohibido. Como somos muy amantes de la sidra quisimos probar la sidra que se hace por estos lares, concretamente una denominada Somarroza, y que gran desilusión, parecía el gaitero de lo dulce que era y encima cara, sin animo de molestar, por aquí no se sabe hacer sidra, lo peor de todo es que en el bar de al lado había Menéndez que siempre es un seguro, pero por probar lo de la tierra….
En el albergue duerme un peregrino, mañana le saludaremos.
Más información sobre el Camino Lebaniego
Al día siguiente…Las Fotografías de la Etapa: