25 de agosto de 2.004: Palas de Rei-Arzúa 30 kms
Como todos los días, lo nuestro no es madrugar. Salimos a eso de las 9:00 h hacia San Xiao do Camiño y Casanova. La etapa de hoy es larga, 30 kms. Los pueblos por los que pasamos son típicos gallegos, pequeños y muy bonitos, dedicados casi exclusivamente a la cría de la «rubia gallega», que junto a la asturiana son las mejores terneras de España. En todos los pueblos por los que pasamos hay vacas y más vacas, patos, gallinas, pavos,…
En Leboreiro, a 9 kms. de la salida, hemos parado un rato a contemplar su hermosa y pequeña iglesia de la Virgen de las Nieves. Es, junto a Ribadixo, uno de los parajes más bonitos del Camino. En el mismo camino y al lado del desvío de la Iglesia, hay expuesto uno de los pocos cabaceiros hórreos, en forma de gigantescos canastos hechos con ramas de salgueiro. Su plaza, su cruceiro, sus animales, su calzada romana y su puente, como de juguete, sobre el río Seco a la salida, contribuyen a rematar la belleza de este pueblo.
Llevamos 1/3 de la etapa.Vamos muy bien.
Al otro lado del puente se encuentra Disicabo, una aldea muy pequeñita. Luego se pasa un parque recreativo en el que no queremos parar porque está lleno de gente. Hemos adelantado a más ded 100 peregrinos. Esto no es ninguna carrera pero no sabemos lo que nos vamos a encontrar en Arzúa. No queremos que nos pase lo que en Portomarín y no encontremos sitio para dormir. Después Furelos y su río.
Una ligera cuesta y entramos en Melide. En principio lo íbamos a cruzar sin pena ni gloria. Estamos en el kilómetros 15 y nos queda la mitad de la etapa, además es una ciudad grande y no demasiado bonita. Pero al cruzar por ella, mirando como en todas las ciudades las flechas amarillas, como si de un jeroglífico se tratase, nos encontramos con la Pulpería «Casa Ezequiel». Habíamos leído en muchas guías el buen «pulpo a la feira» que aquí se comía y el ambiente tan acogedor que se vivía. Hemos entrado y todo lo que imaginábamos se ha quedado corto. Mercedes prepara el mejor pulpo que jamás habíamos probado.
El vino es una delicia y el ambiente peregrino no puede ser mejor. Comemos en unos bancos corridos y charlamos con los peregrinos que están a nuestro lado. Pedimos una de pulpo para dos y vino (6 euros). El pulpo estaba de muerte y la ración se salía de la tabla, el vino blanco y turbio, nos bebimos toda la jarra. Risas y más risas, sobretodo Rosa. Muy entrañable y algo para recordar siempre. No olvideis una parada en Casa Ezequiel siempre que paséis por Melide, merece la pena.
Salimos de Melide por la rúa de San Antonio y seguimos las indicaciones hasta la iglesia románica de Santa María y cruzamos otro bosque de eucaliptos.
Sin apenas darnos cuenta, gracias al vino de Melide, y muy contentos, llegamos al albergue de Ribadixo. Es alucinante el enclave de este albergue. Unas escaleritas para bajar al río, las habitaciones muy bien acondicionadas, con el suelo de madera, los colchones nuevos,.. Pero no queda sitio así que seguimos hasta Arzúa, donde ya nos han informado que también está lleno el albergue así que nos tocará buscar alguna pensión.Seguimos andando hasta Arzúa que está relativamente cerca pero la enorme recta que hay para llegar al centro y la hora que es se nos hace eterna. Con la guía en la mano hacemos algunas llamadas para buscar un sitio donde dormir. Al final encontramos una pensión bastante céntrica «Casa Carballeira» donde nos dan una doble por 25 euros, pequeña pero suficiente para unos peregrinos agotados.
Salimos a dar un paseo y nos tomamos unas cañas en la Plaza y buscamos un sitio para cenar al lado del albergue.
Un día ,más y un día menos para nuestro final.
Al día siguiente…