7 de diciembre de 2015. Astorga-Foncebadón
Anoche, antes de acostarnos, acordamos con Andrea en despertarnos todos a las 06:45h. Quitaron la calefacción muy pronto y hacía frío. No he pegado ojo en todo la noche con los ronquidos de Ray. Como él estaba en la cama de abajo los ronquidos retumbaban arriba y no me atrevía a bajarme para girarlo y que no roncase. Mi esperanza era que se despertara mi hermana que también dormía en la cama de abajo de la otra litera, se levantara y le diera a Ray un»meneíto», pero eso no ocurrió en toda la larga noche. Total que cuando sonó la alarma del teléfono que estaba en el enchufe fuí la primera que llegó para apagarlo porque ya estaba despierta.
Andrea es un tío super agradable, majísimo y muy educado. Desayunamos los cuatro en el comedor que está en la planta de abajo. Al rato baja David y se queda desayunando tranquilamente. Nosotros cuatro nos subimos a la habitación. Recogemos todos los trastos y salimos del albergue los cuatro juntos. Andrea nos pregunta que si se puede venir con nosotros aunque sea un rato porque quiere practicar español. ¡Por supuesto!. Haremos prácticamente toda la etapa con él.
Salimos de Astorga de noche, con mucha niebla y frío. Niebla que nos va a acompañar todo el día.
Nada más salir de Astorga nos damos de bruces con la iglesia del Ecce Homo en Valdeviejas. Delante van Andrea y Ray abriendo camino, por detrás vamos, tranquilamente mi hermana y yo. Cruzamos el puente. El Camino me resulta bastante suave, sin desniveles. Nos cruzamos con los coreanos que durmieron también ayer en el albergue, son una pareja que van juntos y otra chica delgadita que come un montón y va sola.
¡Qué bonita es la Maragatería!
Atravesamos Murias de Rechivaldo y seguimos por la izquierda, dejando a la derecha el desvío a Castrillo de los Polvazares. Seguimos el mismo Camino paralelo a la pista agraria hasta Santa Catalina de Somoza. Apenas se ve diez metros por delante. No vemos la iglesia de Santa Catalina hasta que no llegamos al cartel del pueblo. La niebla es muy cerrada y hace mucho frío.
Entramos a sellar en el albergue y pasamos al bar a tomarnos un café calentito. Dentro están los coreanos tomándose un almuerzo como Dios manda, nada de un café. Ellos un buen plato combinado de huevos con beicon y patatas fritas a las diez de la mañana. Este albergue es muy bonito, también con un patio central lleno de plantas.
Salimos del bar y sigue habiendo una niebla muy espesa. No se ve nada de nada. Prácticamente vamos intuyendo cada paso.
Una hora después caminando por este mismo Camino llegamos a El Ganso. Nos cruzamos con otra peregrina, Mariela, Es venezolana y viene desde San Jean, lleva casi un mes andando. Lo está haciendo con calma. Paramos en la tienda y nos tomamos unas cervezas en la terraza. Hace frío. Nos invita Andrea a las cervezas. Bueno, Mariela prefiere un té calentito. Empezamos a quedarnos fríos y nos levantamos para emprender el último tramo de esta etapa. Rabanal del Camino queda como a 7 kms de aquí.
Mariela se queda un poco atrás. Continuamos Andrea y nosotros al mismo paso. Paramos en el Roble Centenario que hay antes de coger la carretera para Rabanal. ¡Qué pena!. El roble se ha secado y no queda más que un tronco enorme sin vida.
Llegamos a Rabanal con mucha niebla. Vamos en busca del albergue municipal para comernos el bocata pero está cerrado.Sellamos en el albergue de El Pilar y tiramos hacia el final del pueblo para comer en el lavadero.Andrea y Ana Belén van por delante. Ray y yo paramos en el último bar que hay a la izquierda para coger un par de latas de cocacola por las que nos sablan 3,60€. Creo recordar que no es la primera vez que me siento engañada en este bar.
Paramos en el lavadero y montamos allí el tenderete. Nos preparamos unos bocatas de atún con pimiento del piquillo, las cocacolas y el vino que queda en la bota.
Recogemos todo y comenzamos la subida de los últimos 6 kms hasta Foncebadón.
Sigue habiendo mucha niebla. Cada vez más espesa. Andrea acelera la marcha porque ya tiene ganas de llegar. Nosotros vamos sin prisa. He llamado al albergue de Roger de Lauria y han tenido una rotura así que están sin calefacción. Nos dice que no tendremos problema de alojamiento en cualquiera de los dos albergues. Hemos visto los comentarios de ambos y nos decidimos por el de La Cruz de Ferro aunque es más caro que el Monte Irago. La subida no es fuerte pero el suelo es de piedra suelta y hay que ir con cuidado. La niebla cada vez es más espesa. Ray se adelanta un poco y yo me quedo esperando a mi hermana. Un poco más adelante, tras cruzar una carretera está Ray sentado esperándonos por si nos despistamos. No se ve nada más allá de 20m.
Vamos cruzando el pueblo con mucha niebla. Lo primero que nos encontramos es la Taberna de Gaia, detrás está el albergue de Roger de Lauria, el albergue del Monte Irago, el albergue parroquial del Domus Dei y en la calle que sale a la derecha justo antes del parroquial está el albergue Cruz de Ferro, que lo lleva Ángel, Gelo. Es un hombre muy honesto. El albergue vale 10€. Tiene dos habitaciones con literas y dos baños con dos duchas y dos inodoros cada uno, uno para mujeres y otro para hombres. Estamos nosotros solos. El resto de los peregrinos se han quedado en el Monte Irago. Sinceramente, creo que hemos acertado.
En la puerta del albergue Monte Irago pone que tiene menú a 9 €. Entramos a preguntar qué dan en el menú: paella vegetariana, humus, embutidos y ensalada. No nos convence.
Quedamos con Andrea y David en la taberna a tomarnos unas cervezas. Ellos ya han reservado la cena en el albergue. La taberna está super bien decorada con estilo medieval. Tiene un calor especial que no se lo da las estufas de leña. La llevan un matrimonio, su hija y otra chica. Entramos en el restaurante interior y nos pedimos unos tercios de Estrella que nos acompañan en esta reunión de peregrinos. ¡Qué agustito se está!. A las 19:00h David y Andrea se van para el albergue y nosotros nos quedamos a cenar. Pedimos dos churrascos con patatas cocidas, un chorizo y un pimiento que se salen de las fuentes y una ensalada. Todo riquísimo. La cena y los 5 tercios de Estrella, 36€. Creo que es un muy buen precio para lo bien que hemos cenado. Prácticamente hemos pagado lo mismo que el menú del albergue y, sin la menor duda, hemos cenado muchísimo mejor. La taberna es un sitio muy recomendable para cenar. Seguro que repetiremos. Después de cenar Ray y yo nos quedamos charlando un rato con el dueño mientras terminan de recoger porque por hoy ellos ya cierran. Ana Belén se va hacia el albergue.
Salimos de la taberna con la misma intensa niebla que nos ha acompañado durante todo el día. Cuando llegamos al albergue está Ángel tranquilamente viendo la tele. En el albergue se está fenomenal, hace calor y la calefacción la va a dejar encendida toda la noche. El albergue está muy limpio. Quedamos con David y Andrea en salir alrededor de las 7.45h. Queremos salir todos juntos y llegar de día a la Cruz de Ferro.
Un día más. ¡Qué rápido pasa lo bueno!!!!!!
Al día siguiente…