8 de diciembre de 2015. Foncebadón-Ponferrada
Nos despertamos a las 06:45 h. porque hemos quedado con David y Andrea a las 07:30h. Pero nos damos cuenta que no podemos salir tan pronto porque vamos a llegar a la Cruz de noche, así que les mandamos un mensaje para quedar un poco más tarde. Desayunamos tranquilamente en el albergue y salimos a las 08:00 h. Está lloviendo, bueno, es agua-nieve. Fuera están ya David y Andrea. Comenzamos a caminar con los frontales encendidos porque se ve más bien poco.
Charlamos. Poco a poco las conversaciones nos ayudan a conocernos mejor todos y nos encontramos formando parte de otras vidas que no nos pertenecen pero que comenzamos a sentirlas un poco nuestras. El Camino muchas veces nos ayuda a encajar esas fichas de tetris que tenemos en nuestras vidas y que cuesta mucho colocarlas en su sitio. A veces sólo se trata de dejar de pensar en ellas y esperar un rayo que nos ilumine. Suerte, amigo, seguro que todo irá bien. Ten fe.
Llegamos a la Cruz de Ferro. Llueve pero no hace frío. Nos hacemos un montón de fotos. Seguimos hacia Manjarín. Este singular albergue lo lleva un singular hospitalero, Tomás. El albergue está lleno de gente. Nos tomamos una infusión calentita, nos compramos alguna cosilla, charlamos un rato con Tomás y seguimos caminando.
Salimos de Manjarín los cinco juntos pero enseguida David se queda un poco por detrás. Así que vamos nosotros tres con Andrea. Tras una dura bajada entramos en el Acebo. Ahora ya no llueve y tampoco hace frío. Entramos en el mismo bar en el que paramos en el 2006 cuando vinimos en bici, «El Acebo». Nos tratan fenomenal. Nos tomamos unas cervezas y unas tapas. Hacemos tiempo para ver si aparece David. Es extraño que aún no lo veamos. Decidimos seguir y al mirar hacia atrás vemos a David que aparece entre la niebla. Él se ha quedado en el primer bar. Seguimos todos juntos hasta Riego de Ambrós. Andrea quiere seguir un poco más deprisa porque quiere llegar pronto a Ponferrada y nosotros ya le hemos dicho que queremos parar en Molinaseca, así que seguimos caminando con David muy tranquilos. Está resultando una etapa preciosa y mucho menos dura de lo que recordaba.
Tras una dura bajada llegamos a Molinaseca. Nos hacemos unas fotos en el puente y seguimos por la calle Mayor. Paramos en un bar a la derecha, casi al principio y nos tomamos una «estrellas» y unas tapas calientes riquísimas de garbanzos con bacalao y callos.
Salimos hacia el último tramo de la etapa que nos llevará a Ponferrada. Dejamos Molinaseca ya sin niebla y con muy buena temperatura. Vamos charlando agradablemente mientras pasan los kilómetros. Llegamos a Campo. Enseguida divisamos Ponferrada pero sabemos que nos va a tocar dar una vuelta y entrar por la izquierda.
Llegamos al Castillo y allí está Andrea. Pensé que ya no nos íbamos a poder despedir de él.
Nosotros hemos quedado en la otra punta de Ponferrada para volver a León. David deja su mochila y nos acompañan hasta un MacDonald que es donde hemos quedado. Comemos todos juntos y nos despedimos. A David seguro que le volvemos a ver pero a Andrea, me extraña. Esto es el Camino. Te cruzas con mucha gente que no volverás a ver pero el mundo es un pañuelo y ya nos ha ocurrido en alguna ocasión de coincidir con peregrinos de anteriores experiencias.
Gracias a David, Andrea y Mariela por haber compartido con nosotros estas etapas del Camino.
Y, hermana, aún nos quedan 9 etapas para llegar a Santiago. Así que a preparar las siguientes. Gracias a tí por haber formado parte de esta bonita experiencia que emprendimos con mucha ilusión hace ya casi siete años. Gracias.
Y, como no, gracias a Ray, mi compañero de peregrinaciones que ha hecho que esto sea mucho más fácil.
Y a todos vosotros, ¡hasta la próxima!
Unos meses despuésFOTOGRAFÍAS DE LA ETAPA: